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Tuesday, October 11, 2011

Los pasos

Los pasos de peatones son un punto de observación que me apasiona, estoy convencido que es el lugar donde uno se muestra tal y como es, curiosamente Freud elaboró todoa una teoría del psicoanálisis cuando simplemente podía haberse ido a uno de estos pasos, claro que nadie se hace famoso por observar a sus congéneres en un paso de peatones.
Si tienen curiosidad hagan la prueba, se encontrará con un tipo muy curioso el OPTIMISTA, no cruza el paso, él se arroja tan absolutamente confiado, no sé si en sus facultades, su buena suerte o en la habilidad del conductor, pero lo cierto es que sin mirar, emprende una travesía hacía la otra acera que cualquier día lo llevara hacia la otra vida.  
Tenemos también al PROVOCADOR, mientras cruza, te mira desafiante como diciendo ¡si tienes cojones pasa! uno que no está por discutir, baja la mirada y se hace el distraido conectando la radio o cambiando la emisora, mientras siente en la calva la mirada penetrante del peatón desde la otra acera, una vez pasado el peligro aceleras lentamente mientras te aseguras que no provocas a nadie más.
Quizás el más curioso de todos sea ese chaval JOVEN que no cruza el paso de peatones, se va de vacaciones allí, tal vez porque escucho que antes le llamaban paso de cebras y lo cruza lentamente esperando que éstas aparezcan, las cebras no aparecen pero tu impaciencia lo hace al límite y sólo tu buena educación evita romper tan felices y baratas vacaciones.
 El DISPLICENTE, este cruza como si el paso de peatones no existiera, ni te ve ni te mira, te ignora, es como el matrimonio pero a rayas blancas, dura menos y la separación no es en absoluto traumática siempre y cuando hays frenado a tiempo.
El EDUCADO, te saluda veinte veces, te hace gestos, te sonrie y te lo agradece profundamente, es como hacerlo con la más fea, te lo agradecen de por vida.
El INTELECTUAL, mide la distancia, calcula la velocidad, obtiene el punto de intersección de los dos vectores y siempre cruza a destiempo, cuando estás a punto de atropellarlo su mirada inquisitorial te está diciendo "te has equivocado" ni tu velocidad ni tu dirección era la correcta, la intersección con la horizontal blanca se tenía que haber producido en seis segundos, deberías repasar tus cálculos",
El de los 60, este siempre se cree John Lenon en Abbey Road, más que andar esnifa las rayas, siempre le parecen pocas y finas, más que en la calle parece el cuarto de baño de un pub de moda


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