De Purísima y oro
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¡No más parches!

Wednesday, March 09, 2011

Doña Esperanza Aguirre ha sido operada de un cáncer de mama, ha sido valiente y lo anunció sin tapujos y sin paños calientes, eso le hizo ganarse el apluso de oncólogos, de políticos de su partido y del resto de partidos y un trato exquisito por parte toda la prensa. Afinidades, discrerpancias y simpatías o antipatías aparte aparte se actuó como se debía actuar. Mi enhorabuena a Doña Esperanza,  a los partidos y a toda la prensa, ha sido un coportamiento de damas y caballeros digno de elogio.
Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido ingresado por una fiebres después de una biopsia de próstata que afortunadamente dió negativa.
Federico Jiménez Losantos escribe en su blog:
Desconozco si Rubalcaba está enfermo o lo finge, no acabo de entender cómo una exploración de próstata –tacto rectal, radiografías– por aumento del PSA puede producir infección urinaria, ni sé si tiene dañado el páncreas, la próstata o sólo la ética, que está moribunda. Lo que sé es que Rubalcaba tiene desde hace casi un año retenidos documentos para juzgar al jefe de los Tedax en el 11-M, Sánchez Manzano, por su actuación ilegal acaparando, destruyendo o investigando muestras de los trenes que tiene prohibido legalmente investigar. Y que esos documentos –protocolo de los Tedax, entregado a la juez tarde y previa manipulación, y número de los tedax que participaron en la recogida de muestras, con desaparición de un centenar de bolsas–, Rubalcaba se ha negado a entregarlos a la Justicia. Peor aún: ha publicado una nota llena de falsedades contra El Mundo que, además de mentir bellacamente, desmiente el bulo de que Rubalcaba es listísimo. Lo que tiene es una cara durísima y lo que no tiene es escrúpulos, pero eso sólo demuestra malicia; ni astucia, ni inteligencia.
Rubalcaba puede estar como esté, pero el Ministerio del Interior tiene que entregar los datos y documentos que oculta fachendosamente a la Justicia. Y debe hacerlo ya. No se le han pedido a un tipo llamado Alfredo Pérez, sino al ministro del Interior, que lleva casi un año obstruyendo la acción de la Justicia. Y como dice el Gobierno que está bien, aunque se pierda, qué pena, la sesión de control del miércoles, debe cumplir con su obligación, que no es ayudar a unos señores de uniforme que presuntamente han cometido gravísimos delitos sino a que se haga justicia con ellos.
Si la extraña enfermedad de Rubalcaba se sustancia en el retraso en entregar los papeles que pide la jueza, la consideraremos falsa. Pero el responsable de que uno de sus ministerios no colabore en la investigación del 11-M es Zapatero. Estaría bien que Rajoy, por una vez, le preguntara al respecto.
Yo deseo la curación de Rubalcaba, pero no por caridad sino por simple razón de justicia: tiene que sentarse en el banquillo por el caso Faisán. Y tal vez por el 11-M. Y seguramente, por comprar el silencio de los asesinos de los GAL. Rubalcaba puede tener una infección, o no. Pero el Gobierno de España y esta España sin Gobierno tienen una infección de ilegalitis que se llama Rubalcaba. Atiéndase. Opérese. Cúrese. Júzguese.

Jose Luis lobo en el confidencial decía:
Alfredo Pérez Rubalcaba acumula tanto poder y tantas competencias como número dos del Gobierno que su retiro forzoso por enfermedad ha dejado al Ejecutivo sin timón político. Fuentes de La Moncloa señalaron ayer a El Confidencial que el vicepresidente primero podría participar ya el próximo viernes en la reunión semanal del Consejo de Ministros, pero otras fuentes socialistas descartan por completo que para entonces haya recibido el alta médica.
Rubalcaba no participó el lunes en la habitual cita de maitines que reúne en La Moncloa a José Luis Rodríguez Zapatero y al núcleo duro del Gobierno; ayer no acudió a la Comisión de Interior del Congreso para ofrecer, a petición del PP, las últimas estadísticas de criminalidad y delincuencia; hoy por la mañana tampoco responderá, en la sesión parlamentaria de control, a las preguntas de la oposición sobre la crisis económica y el caso Faisán, y a mediodía también estará ausente en la Comisión de secretarios de Estado y Subsecretarios, que él preside, y en la que será relevado por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui.
El ministro del Interior abandonó ayer la unidad de cuidados intensivos al evolucionar favorablemente el cuadro febril que le obligó a ser ingresado el domingo en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. El vicepresidente padece una infección urinaria, probablemente causada por una biopsia. Como adelantó El Confidencial, el político socialista se sometió a esta prueba el pasado jueves para descartar un cáncer de próstata, después de que en un reconocimiento rutinario se detectara la presencia de marcadores tumorales.
La convalecencia de Rubalcaba hace resaltar todavía más el desmesurado poder que el vicepresidente, ministro del Interior, portavoz y apagafuegos del Gobierno ha acumulado desde su nombramiento. Si Rubalcaba -que desde el primer momento ha tenido las manos libres para intervenir en todos los ámbitos de actuación del Ejecutivo- sale del hospital en los próximos días, sus colaboradores y el propio Zapatero respirarán aliviados. Pero si su enfermedad se agrava, el motor de La Moncloa podría llegar a griparse, forzando, además, al presidente del Gobierno a una sobreexposición pública y mediática que no desea.
Buena prueba de ello es que el PSOE decidió ayer, por sorpresa, suspender el macroacto electoral convocado para el próximo 3 de abril en la plaza de toros de Vistalegre, en Madrid, escenario emblemático para los socialistas. Zapatero iba a ser el gran protagonista de esa cita, en la que se daría el pistoletazo de salida a la precampaña electoral del próximo 22 de mayo. Pero Ferraz ha anulado el acto ante la presión de los barones, que quieren reducir a su mínima expresión la participación de Zapatero en la campaña para evitar que los comicios municipales y autonómicos se conviertan en un plebiscito sobre el presidente del Gobierno, lo que perjudicaría gravemente las expectativas electorales de aquéllos. 
Un poder inédito en democracia 
El estado de salud de Rubalcaba influye de forma determinante en la actividad del Ejecutivo y en las quinielas para la sucesión de Zapatero. Rubalcaba acumula más poder que ningún otro integrante del Consejo de Ministros en democracia. Sus competencias comprenden el impulso y la coordinación de la acción política del Gobierno; la presidencia de la Comisión General de secretarios de Estado y subsecretarios; así como de las comisiones delegadas de Situaciones de Crisis, Asuntos Económicos, Política Autonómica, Ciencia y Tecnología, Inmigración, Cambio Climático, Igualdad, Cooperación al Desarrollo, para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 y para el VIII Centenario de la Universidad de Salamanca. 

Asimismo, ejerce como portavoz del Gobierno, marca la agenda legislativa y supervisa las relaciones del Ejecutivo con los grupos parlamentarios. A todo ello hay que añadir sus responsabilidades como titular de Interior, incluyendo la lucha antiterrorista, y como verdadero protagonista, desde el banco azul, de las sesiones de control parlamentarias de los miércoles.
Ante el debate suscitado por las consecuencias políticas de la mala salud de Rubalcaba, Felipe González salió ayer en defensa de quien fuera también su portavoz para tachar de "lamentable" y de "barbaridad" que se informe de su historial clínico. El ex presidente del Gobierno aprovechó una conferencia en Cádiz para advertir que se está acumulando "basura" en una "galopada de rencores". "A nadie se le ocurre hacer lo mismo con Esperanza Aguirre, sino todo lo contrario", afirmó notablemente alterado.


Tan diferente ha sido el trato que en El Diario crítico.com se ha hecho eco de lo que podríamos denominar "hecho diferencial"
Desde este pasado fin de semana, y como recogimos en Diariocrítico, los sectores más adversos en los medios de comunicación contra la figura política del vicepresidente primero del Gobierno prometían guerra. Esa guerra consistía en una ofensiva informativa que se basaría en la publicación continua de noticias que rondarían a Alfredo Pérez Rubalcaba en lo relativo a su gestión tras los atentados del 11-M como dirigente socialista y en el llamado 'caso Faisán' -o 'chivatazo' a ETA-, cuando ya como ministro del Interior.



Pues bien, nada se ha detenido pese a que su baja médica sea importante, y no un cuento chino como se pensó en un primer momento, cuando Rubalcaba tuvo que cancelar su participación en un acto del PSOE en Elche este fin de semana. Sin tener muchos datos, algunos consideraron que podría estar 'escondiéndose', políticamente hablando, pero los hechos han desbaratado esta oscura teoría.



El hecho es que el político permanece desde el domingo en el hospital madrileño Gregorio Marañón y su estado empeoró este lunes, ya que los médicos optaron por trasladarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para controlar mejor la "persistente fiebre". La razón, ya la conocen: días antes fue sometido a una biopsia de próstata "que no ha puesto de manifiesto células cancerosas en ninguna de las muestras", y que le provocó la infección. El presidente Zapatero le telefoneó para interesarse por la salud de Rubalcaba, y también recibió el respaldo de todos los partidos políticos.



Y lo dicho: nada ha detenido esa prometida ofensiva contra Rubalcaba en los medios de Pedro J. Ramírez, el diario 'El Mundo' y la televisión Veo7. El lunes versaba sobre el 11-M y los agentes de explosivos, los Tedax. Este martes continúa la temática, centrándose en que el jefe de esa unidad, Juan Jesús Sánchez Manzano, podría evitar la cárcel gracias a que Interior está poniendo trabas a la juez. Es decir, insinúa que Rubalcaba está obstaculizando la labor judicial.



Eso sí, en páginas interiores, mucho respeto a Rubalcaba por su estado de salud, algo que más o menos se respeta en toda la prensa generalista, televisiones y radios. Pero no ha considerado el 'ABC' que sea algo a tratar desde la distancia, ya que abre a toda página con una fotografía muy descriptiva sobre el vicepresidente y un titular a gran tamaño que reza: "Rubalcaba, en la UCI".



Pero mucho más grave es el caso de 'La Gaceta', que da un paso más y habla de septicemia, insinuando que Moncloa está tapando una enfermedad mucho más grave para evitar especulaciones, ya que se trata de una infección grave y potencialmente mortal que empeora en forma muy rápida y que puede surgir de infecciones en todo el cuerpo, incluyendo infecciones en los pulmones, el abdomen y las vías urinarias.



¿Quieren algunos ver también a Rubalcaba en la UCI política?

En el post de mañana analizaré las anologías y diferencias entre un trato y otro.
 

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