España es una nación en la que los procesos de transición son interminables, cerrar etapas no es nuestra especialidad.
Con frecuencia escucho decir a amigos de derechas, que debemos de copiar de los EEUU donde, a pesar de tener legislaciones absolutamente dispares, la bandera es respetada por todos, la verdad es que esa afirmación es indiscutible, pero no es menos indiscutible que en EEUU no es infrecuente ver la bandera Sudista desfilando junto a las barras y estrellas, y eso es una forma de pasar página, de cerrar un conflicto, ¿alguien se imagina aquí un defile con la tricolor y la bandera de España juntas? pues allí es normal.
Aquí la guerra civil está aún, no ya por enterrar, sino por digerir. El acto de ayer, al que yo me sumo, en la Faculta de Medicina de la Complutense, tenía un tufillo a transición que tiraba para atrás, estaban, en presencia y en espiritu, los mismos treinta y cinco años más viejos, más canosos y más calvos. Cansado ya de enfrentamientos inútiles, de tener que demostrar lo obvio, de ser un romántico mohoso y de creer que enterrar a los muertos dignamente no pueder ser motivo ni excusa de enfrentamientos, terminaré indefectiblemente por aficionarme al fútbol, mis coronarias y mi salud mental me lo agradecerán y hasta en eso deberé tener cuidado de no tropezarme con Laporta, es más de lo mismo pero en cutre.
O encontramos la manera de superar la transición, digerir y eliminar la guerra civil de nuestro argumentario político o estaremos viviendo en una perpetua transición hacia ningún sitio.
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