De Purísima y oro
La emBoscada

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Monday, October 13, 2008

Que no lo defiendan porque lo terminarán hundiendo


La hipocresía de Rajoy es antológica, es presidente de un partido, el PP, que lleva como buque enseña su patriotismo, la defensa de España y la bandera son sus señas de identidad y como institución que condensa todos estos valores: el ejército.
Justo el día que se celebra la Fiesta Nacional con un desfile militar al señorito se le ocurre decir que "mañana tengo el coñazo del desfile" y lo dice en un acto de partido, eso si, hablaba con Don Javier Arenas "en privado".
No voy a entrar en lo que dijo el año pasado en un rimbonbante y ridículo mensaje dirigido a la nación en plan caudillo celebrando el no sé cuantos años de la victoria, lo dejo para los amantes de las hemerotecas.
Sí me gustaría analizar la defensa que de sus torpes palabras están realizando sus hipóteticos compañeros de partido. Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, ha salido en defensa de su líder, Mariano Rajoy, por “mala pata” como si se hubiera caído, es como si sus palabras no hubieran salido de su boca de una forma consciente sino fruto de un desafortunado azar, probablemente manejado por los rojos.
Como el astuto portavoz no se queda tranquilo con el argumento del azar, matiza que son "una anécdota de la que no hay que sacar demasiadas consecuencias" la verdad es que ignoro cuantas son "demasiadas consecuencias" pero no cabe duda que al menos habría que sacar un par de conclusiones:
1.- Rajoy es un falso
2.- Este tipo es imbécil

No son muchas pero creo que si son suficientes. El hábil portavoz sigue sin quedarse tranquilo y esta vez no insulta a las Fuerzas Armadas como su amado jefe, ahora nos insulta a todos tomándonos por gilipollas o, lo que es lo mismo, por Rajoy y nos cuenta que "estoy convencido de que Rajoy no se refería a las Fuerzas Armadas, sino a su condición de padre de familia que, después de estar toda la semana trabajando, el domingo tiene que ausentarse también de su casa pese al frío y la lluvia cuando lo que querría es quedarse en la cama con sus hijos". Este tipo es tan imbécil como su jefe, qué coño tiene que ver los niños, el frío la lluvia y no sé cuantas cosas más para que diga que califique de "coñazo" uno de los actos, que según ellos, debe ser una manifestación pública de todos los españoles.
Pero como estos tipos suelen ser unos auténticos pelotas que provocarían el más absoluto de los rechazos un cualquier curso de EGB, ahonda en el tema, nombrando la soga en casa del ahorcado “suficiente tendrá con ir hoy al desfile y pasar toda la mañana ahí" que después de lo dicho por Rajoy sólo le ha faltado al portavoz del PP decir "porque ustedes no saben el coñazo que es aguantar el desfile una mañana de domingo lluvioso y con frío en lugar de estar en casa con los niños" ¡coño, que se quede en casa pero que deje el acta de diputado y demás prebenda y vea el desfile en la TV acostadito!
Pero la perla de todos los mares del caribe es la que transcribo a continuación “En privado tendremos que poder decirlo, porque no podemos los políticos quedarnos sin intimidad". Esto ya pone de mala leche al Santo Job, es decir el habilidoso portavoz del PP considera que la opinión del líder de la oposición sobre las Fuerzas Armadas es únicamente una cuestión íntima, es decir que compete e importa sólo al señor Rajoy y por lo tanto los ciudadanos no tienen derecho a conocerla. Confunde este sagaz dialéctico lo privado con lo público de una forma absolutamente preocupante, confunde la intimidad y la privacidad con lo político de una forma escandalosa, olvidando que el contribuyente le paga el sueldo a Don Mariano, justamente para que renuncie a la privacidad de su pensamiento político, y para que de forma clara y sin trampas nos diga lo que piensa, Don Mariano es dueño y tiene derecho a la privacidad de sus fantasías sexuales, si las tiene, a la del color de su ropa interior, a la de su postura favorita del Kamasutra, a la de sus creencias religiosas, lo demás de su privacidad, nos la vendió a todos cuando se presentó a diputado, señor Don Esteban González Pons.

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