Con el permiso de la autora, os copio una carta que me envía una
funcionaria que trabaja en una Administración de la Agencia Tributaria,
en una Unidad de Módulos. Lo que cuenta es muy similar a lo que denuncian desde hace años los inspectores de Hacienda:
que existe un “fraude estructural y masivo” en la tributación de muchos
microempresarios y autónomos (aunque también dicen que este tema sólo
supone el 8,6% del fraude fiscal). La carta es un poco larga pero tiene
bastante interés.
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Hola Ignacio.
El otro día estaba leyendo REACCIONA. Me estaba gustando. Bueno,
unos textos más que otros. Me gustó José Luis Sampedro (éste me gusta
siempre), Rosa María Artal…Pero contigo fue diferente. Siempre me gusta
lo que dices o escribes pero esta vez fue especial. Llevaba años
esperando que alguno de los que participáis en tertulias de radios y
televisiones hicierais referencia a la injusticia que se produce con la
tributación de los autónomos y por fin lo veo escrito por ti en
REACCIONA.
Verás, pertenezco a ese sector de privilegiados que está formado por
los funcionarios públicos y que, según muchas opiniones, tenemos la
culpa de todos los males de este país. Se nos acusa de tener un trabajo
fijo hasta el punto de tener casi que tener que pedir perdón por ello.
Yo creo que realmente es lo que tendría que tener todo trabajador. En
fin, ese es otro tema. Pues bien, yo trabajo en la Unidad de Módulos de
una Administración de la Agencia Tributaria y como retribución por mi
trabajo en el año 2010 percibí una cantidad ligeramente inferior a
26.000 Euros brutos, que fueron declarados íntegramente en mi
declaración anual de IRPF. Todos los días contemplo indignada (término
muy de moda) como hay muchos contribuyentes que no tributan por los
ingresos que obtienen. Me refiero a los trabajadores autónomos
(empresarios y profesionales) cuyos sufrimientos nos recuerdan todos los
medios de comunicación un día sí y otro también. Lo que nunca he oído
en esos mismos medios (por eso mi alegría cuando leí que tú lo habías
escrito en REACCIONA) es que estos ciudadanos no tributan por los
rendimientos que obtienen. Hay una parte de estos trabajadores por
cuenta propia que tributan en estimación directa en IRPF y en régimen
general de IVA y que directamente son tramposos y de forma fraudulenta
declaran menos ingresos o más gastos, minorando así su factura
tributaria. Pero al lado de éstos, hay otros que, en principio, no son
tramposos sino que tributan por los rendimientos de su actividad
económica aquello que el sistema tributario determina. Son los autónomos
que están incluidos en el régimen de estimación objetiva en IRPF y en
el régimen simplificado de IVA. Nosotros los llamamos moduleros. El
sistema , como digo, permite que muchos de ellos, según consta en las
bases de datos de la Agencia Tributaria estén facturando importes
anuales de 150.000 euros o más (pueden facturar hasta 450.000 euros sin
que sean excluidos del régimen de estimación objetiva) y declaren
rendimientos en IRPF inferiores a los 20.000 euros en la mayoría de los
casos. Pero más sangrante es lo que sucede con el IVA. Con facturaciones
de más de 150.000 euros se están devengando cuotas de IVA superiores a
27.000 euros. Sin embargo, las cuotas que ingresan en Hacienda aplicando
las normas del régimen simplificado del IVA no suelen superar los 6.000
euros. Es decir, el sistema tributario permite que estos autónomos se
queden con el IVA que ha pagado el consumidor final. Una vez que uno
sabe esto, si se recibe al fontanero en casa habría que preguntarle si
es o no modulero. Porque si lo es, que no me haga factura. Para que se
quede él el IVA me lo quedo yo ¿no crees?
Esta situación es lo que habitualmente vemos en las Unidades de
Módulos pero no sólo esto. Alrededor de este sistema de tributación nos
encontramos situaciones que hacen crecer la indignación de la que te
hablaba al principio. Abundan los autónomos que aparecen relacionados
con sociedades que se dedican a la misma actividad. Esta situación
permite que el autónomo facture trabajos que realmente se están
realizando con medios materiales y personales de la sociedad. Total, el
autónomo puede facturar todo lo que quiera porque siempre va a tributar
por lo mismo. Igualmente, encontramos facturas emitidas por moduleros a
sociedades o a otros autónomos que no corresponden a trabajos o a
servicios que realmente han sido prestados pero que sirven como gastos
deducibles de aquellos sujetos que reciben estas facturas. Como digo,
hasta 450.000 euros anuales, un modulero puede emitir todas las facturas
que quiera sin que eso repercuta en su deuda tributaria. En fin, hay
otros mecanismos que han surgido alrededor del sistema de estimación
objetiva que sirven para que muchos obligados tributarios (autónomos
pero también sociedades relacionadas con ellos) no tributen lo que
deberían. Así las cosas, es corriente que los contribuyentes que van a
iniciar una actividad económica se personen en las oficinas de la
Agencia pidiendo que el epígrafe del Impuesto de Actividades Económicas
(del que por cierto también están exentos) sea uno de los que puedan
incluirse en módulos. Es decir, que uno puede ser ingeniero pero
probablemente se dará de alta como instalador eléctrico o puede ser
diseñador gráfico pero mejor le va a salir darse de alta en impresión de
textos o imágenes.
Mención aparte merece la tributación de los taxistas en las grandes
ciudades. Efectivamente, tienen un trabajo duro, pesado, incluso
peligroso. No digo que sean millonarios ni mucho menos. Lo que sí digo
es que no pagan impuestos. Así, un taxista sin personal asalariado y que
declare como distancia recorrida al año 50.000 Kilómetros (es la
situación más frecuente) declara como rendimiento neto de su actividad
en IRPF la cantidad de 9.415,35 Euros e ingresa trimestralmente un pago
fraccionado de 188,31 euros. Estos pagos fraccionados suelen
devolvérsele íntegramente al presentar la declaración anual. En el caso
de los que están amortizando la licencia, la “exención” de impuesto del
IRPF es extensible a sus cónyuges si trabajan. Durante diez años deducen
el importe de la compra de la licencia. Este importe es realmente
elevado de tal forma que declaran un rendimiento negativo que, haciendo
declaración conjunta, absorbe el rendimiento positivo que pueda obtener
el cónyuge. Finalmente y como compensación a la gran aportación a las
arcas públicas que han realizado durante toda su vida, cuando se
jubilan, la ganancia obtenida por la venta de la licencia está exenta de
tributación.
Ya me estoy enrollando demasiado pero no quiero terminar sin contarte
algunas cosillas más. A veces, uno piensa que las cosas no pueden
hacerse peor pero resulta que sí se puede. Con motivo de la actual
crisis, se decidió que los trabajos de albañilería, fontanería, pintura…
( en fin, las chapuzas de toda la vida) se facturarían con un tipo
reducido del 8% de IVA en determinados casos. Como consecuencia de ello,
parecía razonable que las cuotas a ingresar por los moduleros deberían
reducirse puesto que el IVA que ellos iban a devengar en sus facturas
iba a ser más bajo. Así estas cuotas, desde mediados del 2010, se
redujeron a la mitad de lo que existía con anterioridad. Ahora bien,
resulta que muchos de los moduleros son falsos autónomos que facturan
siempre a la misma empresa ( en realidad deberían ser asalariados) y no
cumplen las condiciones para facturar al IVA reducido y tienen que
facturar al 18%. Aquí se ha producido el chollazo total. Si antes podían
quedarse con buena parte del IVA que devengaban ahora se quedan con
mucho más porque Hacienda les ha rebajado las cuotas a ingresar a todos
aquellos que están incluidos en régimen simplificado y que realizan
alguna de estas actividades afectadas.
Para terminar quiero hacer mención a una realidad que está en la
calle. Es esa opinión generalizada de que las ayudas sociales se las dan
a los inmigrantes. Yo digo que se las dan a los autónomos. Creo que
debería buscarse una fórmula diferente para determinar los beneficiarios
de becas de libros, ayudas de comedor, transporte, etc. La fórmula del
nivel de renta no sirve por todo lo que te acabo de contar. ¿Qué tal si
todo aquel que lleva a sus hijos a colegios privados no puede optar a
becas de libros? Conozco a muchos que pagan mensualidades tremendas por
el colegio de sus hijos pero reciben becas de libros y ayudas de comedor
porque según sus declaraciones de IRPF son pobres de pedir. El otro día
casi me descojono (perdón) cuando escuché que Ruiz Gallardón estaba
pensando en poner un IBI social. Ya me imagino a alguno disfrutando de
su piso en la Castellana o en la remodelada calle Serrano pagando el IBI
social.
Bueno, perdona si te he robado un poco de tu tiempo pero, en
realidad, lo único que pretendía era darte algunos argumentos para que
públicamente puedas, si quieres, insistir en este tema. La opinión
pública en general lo desconoce, los poderes públicos no le ponen
solución y los medios de comunicación no lo cuentan. Por cierto, los
chinos sí pagan impuestos.
Saludos.