Los navarros y ( "o" en el original) aragoneses temían y detestaban al turco o al hereje tanto como los castellanos o portugueses, Los vascongandos en particular, se jactaban de ser los más españoles de España, precisamente por no tener mezcla de sangre mora ni judía, es decir por no haberse visto obligados siquiera a llevar a cabo la operación de limpieza étnica que había filtrado el resto de la península. Según creencia que en el siglo XVIII expresó el padre Larramendi, en Guipúzcoa jamás habían penetrado las falsas religiones: ni la idolatría de cartagineses y romanos, ni el arrianismo de los godos, ni el islam de los abderramanes: "desde el tiempo de la predicación Guipúzcoa aceptó y ha guardado siempre la religión católica, apotólica y romana [.....] sin que haya habido un solo ejemplo de un guipuzcoano que haya apostasiado, ni se haya convertido a hereje, musulmán o judío"
Mater dolorosa. José Alvarez Junco p. 329,330
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